Apple vigila los desplazamientos de sus clientes

El teléfono inteligente iPhone y la tableta informática iPad 3G tienen una función no documentada en las características ni en las instrucciones, destinada a grabar los datos sobre la ubicación geográfica del usuario en un archivo oculto, según estudio publicado en el sitio Web O’Reilly Radar.

Los resultados del estudio fueron presentados al público el pasado miércoles en la conferencia O’Reilly Where 2.0, en marcha en EEUU, dedicada a las aplicaciones y servicios cibernéticos.

Los expertos descubrieron dicho archivo, “consolidated.db”, por mera coincidencia al elaborar una aplicación destinada a visualizar los datos sobre la ubicación geográfica de los titulares de iPhone o iPad. Afirman que el sistema de “vigilancia” apareció en los dispositivos móviles de Apple con la cuarta versión del sistema operativo iOS, lanzado en junio de 2010.

Los “descubridores” de la función secreta, expertos británicos Alasdair Allan y Pete Warden, desconocen para qué se almacenan los datos, pero el hecho de que tal archivo se encuentre en el teléfono, más aún con los datos no cifrados, puede violar el derecho a intimidad de los usuarios.

Además, un archivo con coordenadas geográficas e indicaciones de la hora está presente en las copias de reserva guardadas en los ordenadores con los cuales el dispositivo es sincronizado incluso los ordenadores ajenos.

Allan y Warden desarrollaron una aplicación que muestra los datos sobre los desplazamientos guardados en los iPad e iPhone.

Para que los datos no sean comprometidos, Allan y Warden proponen a los usuarios cifrar las copias de reserva. Para ello hay qué activar la función correspondiente en los ajustes de iTunes en su ordenador. Sin embargo, los datos sobre el desplazamiento permanecen en los dispositivos de Apple y pueden ser extraídos al guardarse una copia de reserva en cualquier otro ordenador.

El hecho que Apple guarde y aproveche los datos sobre la ubicación de sus dispositivos móviles centró la atención de la prensa y el público en verano de 2010 cuando la empresa enmendó su política respecto a los datos confidenciales del usuario.

Así, introdujo un artículo conforme al cual Apple y sus socios pueden “recoger, utilizar e intercambiar entre sí los datos sobre la ubicación, incluso las coordenadas geográficas de los dispositivos y ordenadores de Apple transmitidas a tiempo real” con objetivo de garantizar el funcionamiento de sus servicios.

En julio de 2010 Apple, en respuesta a una solicitud del Congreso de EEUU, explicó los objetivos y métodos de almacenamiento y transmisión de dichos datos.

En particular, los dispositivos de Apple pueden remitir a la empresa los datos sobre las próximas torres de telefonía móvil y redes Wi-Fi que después se utilizan para determinar las coordenadas del usuario si lo solicita.

Además, los datos sobre la ubicación de los dispositivos pueden transmitirse a los servidores de Apple en marco del programa publicitario iAd lanzado en 2010 que tiene como objetivo mostrar al usuario los anuncios de publicidad en dependencia de su ubicación. Las coordenadas del usuario pueden utilizarse también en las aplicaciones terceras.

A diferencia de lo afirmado por Allan y Warden, Apple informó al Congreso que los datos sobre la ubicación del dispositivo, remitidos al fabricante, están cifrados. Apple tampoco avisó que los dispositivos guardan dicha información en un archivo oculto.