Hurgar la nariz, orinar en las piscinas y robar chalecos salvavidas de los aviones, son algunas de las prácticas contra las que advierte el Gobierno chino para mejorar la imagen del país en el exterior.
El manual del “turista civilizado”, redactado por el Departamento Estatal de Turismo, consta de 64 páginas y contiene numerosas recomendaciones. Su publicación coincidió con el Día de la Educación, que se celebra en China cada 1 de octubre y es seguido por una semana de vacaciones que muchos ciudadanos aprovechan para realizar viajes al extranjero.
En el pasado, el país comunista también dictó normas de comportamiento para turistas, pero es la primera vez que son tan detalladas, precisas y con imágenes.
Anteriormente, el gobierno desaconsejaba a sus turistas hacer ruido al comer y beber la sopa directamente del plato. Además, no recomendaba ocupar los aseos públicos por mucho tiempo.
El manual del turista, además de consejos generales, incluye también información sobre las particularidades de diversas culturas para que el viajero no se vea en apuros y evite hacer el ridículo. Así, en Japón un chino no debe tocarse el pelo durante la comida; en España las turistas han de llevar pendientes porque sin ellos parecerán “prácticamente desnudas”, mientras que en Alemania no hay que llamar a alguien con el dedo, es de maleducados.
