Una auténtica joya de la arquitectura y parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO, la Iglesia de la Intercesión de la Santísima Virgen en el río Nerl guarda infinitos secretos. RIA Novosti ofrece a sus lectores un tour virtual a ese fantástico lugar, retratado por nuestros fotógrafos durante la crecida del río Nerl cuando la iglesia parece estar flotando en el aire.
El templo, erigido en apenas un año en la segunda mitad del siglo XII, se encuentra en el valle donde el río Nerl afluye al Kliazma, en la provincia de Vladímir. Durante la crecida de primavera, el caudal de los dos ríos aumenta en más de tres metros, lo que obligó a los arquitectos a levantar una colina artificial y fortificada con piedras en la desembocadura del Nerl para proteger la iglesia de las aguas primaverales.
Durante la crecida de primavera, la Iglesia de la Intercesión de la Virgen se queda en un islote, reflejada en las aguas con su blancura resplandeciente, como si fuera un cirio solitario sobre la vasta llanura. Los arquitectos rusos del siglo XII consiguieron lo imposible: vencer el peso de la piedra, hacerla ingrávida e inmaterial.
Dicen que la Iglesia de la Intercesión de la Virgen en el río Nerl es poesía petrificada. Cuentan las crónicas que el príncipe Andréi el Piadoso encargó su construcción tras la muerte de su hijo predilecto Iziaslav. Probablemente no hay otro monumento en la arquitectura rusa lleno de tanto dolor y a la vez de tanto sosiego como este templo único.
