Mustafá Dzhemiliov, diputado de la Rada Suprema (parlamento) de Ucrania y líder de los tártaros de Crimea, declaró hoy a RIA Novosti, que los tártaros de Crimea no apoyan la autonomía de Crimea en su forma actual.
Según Dzhemiliov, los tártaros no participaron en el referendo celebrado en Crimea el 20 de enero de 1991, en que los habitantes de la península se pronunciaron por restablecer su estatuto autónomo, porque la mayoría de los tártaros todavía no habían regresado de Asia Central (a donde fueron deportados en 1944 como reacción a la colaboración de algunos de ellos con los nazis durante la Segunda Guerra Mundial).
En posguerra, los tártaros de Crimea plantearon dos exigencias fundamentales: su regreso a la península y la recuperación por Crimea de la autonomía que poseía antes de 1945. La preparación del respectivo referendo comenzó en 1990, en vísperas del desmoronamiento de la Unión Soviética.
“Los representantes de otros pueblos no tenían el derecho a determinar el estatuto de Crimea mientras que su pueblo aborigen no había regresado a la patria. Por eso boicoteamos el referendo”, puntualizó.
Desde 1998 los tártaros empezaron a regresar a la península, pero vivían dispersos y estaban privados de la posibilidad de ser elegidos al Consejo Supremo de Crimea según el sistema mayoritario. Su representación actual en los organismos de poder es tres veces más reducida que su porcentaje en la población de Crimea, dijo.
“Necesitamos una autonomía que existió antes de la deportación de los tártaros. En aquella época Crimea tenía dos idiomas oficiales: el ruso y el de los tártaros de Crimea, estaba garantizada la representación proporcional de los tártaros en todas las ramas de poder. Hoy día, los tártaros son la más discriminada parte de la población de península. Una república así no nos conviene”, declaró.
