El presidente de la Cámara de Comercio e Industria, ex primer ministro ruso, académico, y experto en Oriente Medio, Evgueni Primakov, publicó hoy un artículo en el periódico “Rossiyskaya Gazeta”, donde analiza la situación en Egipto que puede convulsionar la situación en Oriente Próximo.
El artículo, titulado “Asuntos de las pirámides desveladas”, Primakov destaca cinco aspectos de la situación que vive uno de los países más influyentes del mundo árabe.
En primer lugar, se puede constatar que los enfrentamientos entre los manifestantes y fuerzas gubernamentales tienen lugar por motivos sociales y no religiosos. Primakov señala que últimamente la comunidad internacional centró su atención en vigilar los pasos de islamistas radicales en los países musulmanes y dejó de lado las revoluciones sociales “tradicionales”.
En segundo lugar, la preocupación originada por auge de islamismo radical no permitió analizar la influencia de la modernización sobre países musulmanes.
En el movimiento revolucionario que sacudió primero Túnez y ahora Egipto, las comunicaciones, las redes sociales y la telefonía móvil, han desempeñado un papel primordial porque permitieron y permiten la movilización de miles de personas.
La tercera observación de Primakov apunta a que en Egipto, donde la principal fuerza opositora es la organización Hermanos Musulmanes, todavía no ha pronunciado consignas islamistas durante las manifestaciones.
No obstante, según Primakov, este hecho todavía no garantiza que en el futuro los radicales no intentarán arrebatar el liderazgo como la fuerza principal de la revolución egipcia.
En cuarto lugar, es evidente que el Ejército ya no juega el rol principal en acontecimientos de este carácter como en la década de los 50 del siglo pasado. En esta ocasión, las tropas se mantienen en un discreto segundo lugar.
Por último, Primakov destacó que Washington está muy preocupado con la situación en Egipto y sus consecuencias sobre la relación bilateral entre ambos países, así como sobre el arreglo del conflicto árabe-israelí puesto que Egipto fue el primer país árabe que en 1979 firmó un tratado de paz con Israel.
