Las autoridades de Túnez enviaron a las costas del país unidades especiales para detener el flujo de personas que intentan emigrar hacia Europa tras la llamada “revolución de los jazmines”, según una fuente próxima al Gobierno tunecino.
“Agentes de las fuerzas de seguridad trabajan día y noche para detener el flujo de emigrantes… Han logrado ya detener a mucha gente que intentaba cruzar la frontera”, explicó la fuente citada por agencias internacionales.
Según el diario tunecino Effadah, hasta 1.500 personas fueron detenidas en la frontera en los últimos días.
El fin de semana pasado, unos 4.000 inmigrantes procedentes del Norte de África, en su mayoría tunecinos, llegaron a la pequeña isla italiana de Lampedusa, en el Mediterráneo.
La llegada masiva de clandestinos hizo que Italia decretara el estado de catástrofe humanitaria, creando una comisión especial encargada de controlar la inmigración y atender a los refugiados norteafricanos.
El viernes pasado Roma solicitó ayuda a sus socios de la Unión Europea para hacer frente a la situación, y en particular pidió desplegar una misión de la Agencia Europea de Fronteras (Frontex) frente a las costas tunecinas.
Mientras tanto, el portavoz del Gobierno de Túnez, Taieb Baccouche, consideró “inaceptable” el despliegue de militares italianos en el territorio tunecino para combatir la inmigración ilegal.
“La gente de Túnez no desea que haya soldados extranjeros en el territorio nacional”, declaró Baccouche, quien indicó también que el control de la costa tunecina es competencia exclusiva de las autoridades del país.
La “revolución de los jazmines” se produjo en Túnez el pasado 14 de enero. El presidente depuesto Zin Al Abidin Ben Ali se fugó a Arabia Saudí, y el control del país pasó al nuevo Gobierno de unidad nacional.
