El dirigente de Corea del Norte, Kim Jong-il, jamás renunciará a su programa nuclear viendo en él una garantía para la supervivencia de su régimen, considera el general Walter Sharp, comandante de las tropas que EEUU tiene emplazadas en la península coreana.
Sharp expresó esa opinión al intervenir el pasado martes ante el Senado de EEUU, cuando un miembro de la comisión de fuerzas armadas le preguntó si había algún escenario en que Kim Jong-il renunciase a la posesión de armas nucleares.
“Mi respuesta será breve: no, no veo que él renuncie a su capacidad nuclear”, contestó el general.
Corea del Norte, a juicio de Sharp, ha dejado clara la intención de desarrollar su capacidad nuclear. “Kim Jong-il piensa que debe tenerla para la supervivencia de su régimen”, dijo.
El militar destacó que EEUU necesita mantener su capacidad combativa en esa región y no descartó nuevos “ataques y provocaciones” por parte de Pyongyang.
La tensión entre ambas Coreas alcanzó el pasado año su punto máximo desde la guerra de 1950-1953, tras el hundimiento de la corbeta surcoreana Cheonan y el bombardeo artillero de una isla surcoreana en el mar Amarillo.
Corea del Norte se proclamó “potencia nuclear” en 2005 y realizó pruebas de armas nucleares en 2006 y 2009, lo que le valió una serie de sanciones por parte del Consejo de Seguridad de la ONU. En abril de 2009, Pyongyang suspendió totalmente la cooperación con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y en noviembre pasado anunció que ya dispone de miles de centrifugadores operativos en la planta de enriquecimiento de uranio de Yongbyon. La prensa norcoreana afirmó el pasado mes que Pyongyang aceptaría debatir el futuro de su programa nuclear “sin condiciones previas”, si se reanudan las negociaciones a seis bandas entre ambas Coreas, China, EEUU, Japón y Rusia.
