Varias personas murieron y al menos 276 resultaron heridas en los enfrentamientos registrados en Nigeria tras las elecciones presidenciales del pasado sábado, informó un portavoz de la Cruz Roja Internacional en el país africano.
Además, más de 15.000 personas tuvieron que abandonar sus hogares.
La víspera, la Comisión Electoral de Nigeria proclamó vencedor de los comicios al actual presidente, Jonathan, tras el escrutinio de la totalidad de los votos.
Según el organismo, el actual mandatario obtuvo más del 25% de los apoyos en dos tercios de los 36 estados nigerianos, lo que le permitió renovar el mandato ya en la primera vuelta.
Oriundo del sur del país, rico en petróleo y con una población mayoritariamente cristiana, Goodluck Jonathan ganó con gran ventaja, ya que logró reunir 22 millones de votos frente a los 12 millones de apoyos conseguidos por su principal rival Muhammado Buhari, ex dictador militar procedente del norte de Nigeria, con una mayoría musulmana.
No obstante, Buhari se negó a reconocer los resultados preliminares del escrutinio, aludiendo a posibles irregularidades.
Tras el anuncio de los resultados preliminares, la ciudad de Jos, en el centro del país, fue escenario de violentos choques entre cristianos y musulmanes, contra los que cargó el Ejército.
Otro de los municipios que este lunes registraron disturbios fue Kaduna, en el norte de Nigeria, donde centenares de jóvenes musulmanes se echaron a las calles prendiendo fuego al menos a dos iglesias cristianas, una cafetería y otros edificios.
A raíz de estos desórdenes, el gobernador del estado de Kaduna, Patrick Yokowa, decretó el toque de queda durante 24 horas, e instó a los militares a poner orden en el estado.
Nigeria es el mayor productor de petróleo en el continente africano y exporta unos 2,2 millones de barriles a diario. Sin embargo, el desarrollo del sector se ve afectado por ataques de guerrilleros contra instalaciones de Chevron, Shell y otras petroleras multinacionales presentes en el país.
