Unas 50 personas murieron y decenas recibieron heridas en los enfrentamientos que se produjeron hoy entre los participantes de las manifestaciones antigubernamentales y la policía en distintas ciudades de Siria, comunicaron medios noticiosos, al alegar declaraciones de testigos presenciales.
“Al menos 49 personas fueron matadas. Hay numerosos heridos y desaparecidos. Según nuestros cálculos, desaparecieron al menos 20 personas. La gente cree que ya están muertas”, dijo el activista Ammar Qurabi a la agencia Reuters. Afirmó que la mayoría fallecieron heridos por armas de fuego, y otros, por intoxicación con un gas lacrimógeno.
Agencias noticiosas reportaron anteriormente de 30 muertos.
Las fuerzas de la oposición convocaron ayer a actos de protesta en toda Siria y bautizaron el día de hoy como el "Gran Viernes", o el día decisivo en la confrontación con las autoridades.
Los disturbios comenzaron el 18 de marzo en Siria, en la ciudad de Deraa, situada en la frontera con Jordania. Fueron provocados por el arresto de un grupo de escolares que escribieron consignas antigubernamentales en las paredes de edificios. Poco después, los desórdenes se extendieron a otras regiones del país.
Según datos extraoficiales, los choques entre los manifestantes y los agentes del orden provocaron unos 200 muertos en las últimas cinco semanas. El presidente de Siria, Bashar al-Asad, anunció un amplio programa de reformas políticas y económicas para calmar a la población y responsabilizó de los desórdenes a "fuerzas externas que conspiran contra la unidad nacional del país".
No obstante, Al-Asad firmó ayer el decreto sobre la derogación de la Ley del Estado de Emergencia, una de las principales exigencias de las protestas populares. La Ley de Emergencia, vigente desde 1963, limitaba los derechos y las libertades de los ciudadanos, autorizaba la detención e interrogación de cualquier persona y establecía censura para la prensa.
