Rusia no descarta nuevas provocaciones militares por parte de Georgia, cuyo Gobierno actual es “capaz de cualquier cosa”, declaró este lunes el ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov, tras reunirse con el presidente de Osetia del Sur, Eduard Kokoiti.
“No descartamos provocaciones militares por parte de Georgia, porque el régimen actual de Tbilisi es capaz de cualquier cosa, por eso lo haremos todo por garantizar la protección de las fronteras surosetas, y estaremos listos por si alguien quiere volver a cometer el crimen de agosto de 2008”, advirtió el canciller ruso.
No obstante, expresó confianza en que el “dinamismo que muestra actualmente la parte georgiana se limitará a una propaganda verbal”.
“Ya sabemos que muchas de las declaraciones que hace el Gobierno georgiano son meras palabrerías. Lo importante es que ese dinamismo no se traduzca en el deseo de resolver sus problemas oprimiendo a naciones vecinas”, subrayó Lavrov.
Según el jefe de la diplomacia rusa, Moscú espera que Tbilisi cumpla su promesa de no usar la fuerza contra Osetia del Sur y Abjasia, sus antiguos territorios.
“Esperamos que el Gobierno georgiano cumpla incondicionalmente sus compromisos de no usar la fuerza contra Osetia del Sur y Abjasia. Ofreceremos a Osetia del Sur todo tipo de ayuda en ello, e insistiremos en que este objetivo sea prioritario en los debates internacionales”, aseveró.
Por su parte, el líder suroseta afirmó que el “potencial bélico de Georgia fue recuperado en muy poco tiempo”.
“La ayuda que Occidente presta a Georgia está destinada precisamente para reforzar el componente militar, lo cual induce a Georgia a provocaciones. Hay que hacerlo todo para preservar la paz, porque los sureosetas y abjasios quieren vivir en paz”, dijo Kokoiti.
En agosto de 2008, Georgia lanzó una ofensiva contra Osetia del Sur, y destruyó en parte la capital suroseta, Tsjinvali.
Rusia envió tropas a la región para proteger a los habitantes de Osetia del Sur, muchos de los cuales habían adquirido la ciudadanía rusa, y obligó a los militares georgianos a retirarse tras cinco días de hostilidades.
Ese mismo mes, Rusia reconoció la independencia de Osetia del Sur y de otra antigua autonomía georgiana, Abjasia, a lo que Georgia respondió rompiendo las relaciones diplomáticas y declarando territorios ocupados a las dos repúblicas.
