La parte rusa quiere dedicar una atención especial a la situación en Libia durante la reunión del Consejo Rusia-OTAN convocada para el 4 de julio en Sochi, comunicó hoy el Kremlin.
La reunión se celebrará en el nivel de embajadores y sus participantes a la cabeza del secretario general de la Alianza, Anders Fogh Rasmussen, serán recibidos por el presidente de Rusia, Dmitri Medvédev.
La OTAN asumió la responsabilidad por el cumplimiento de las resoluciones 1970 y 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU. La postura de Rusia consiste en que cualesquiera acciones de los miembros de la OTAN y de los países incorporados a la operación militar contra Libia deben corresponder al contenido de las citadas resoluciones.
"La única forma de normalizar la situación en Libia es declarar un inmediato alto el fuego y entablar un diálogo entre las partes del conflicto con un posible apoyo –pero no injerencia– desde el exterior", indica el comunicado.
Los organismos regionales como la Unión Africana, así como el enviado especial de la ONU para Libia, Abdelilah Al Jatib, son los que deben asumir la responsabilidad por la búsqueda de soluciones políticas a la crisis en el país norafricano, agrega la nota.
Moscú, por su parte, mantiene contactos con Al Jatib, con la Unión Africana y con los libios para crear condiciones favorables para un acuerdo entre las partes interesadas. Así, el senador ruso Mijaíl Marguélov, emisario del presidente Dmitri Medvédev para África, visitó Libia en la primera quincena de junio y se reunió con representantes de la oposición y de las autoridades libias.
A mediados de febrero en Libia estallaron protestas contra el régimen de Muamar Gadafi que lleva más de 40 años en el poder. Las manifestaciones desembocaron en choques armados entre los rebeldes y las fuerzas gubernamentales. El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó el 17 de marzo una resolución sobre la imposición de una zona de exclusión aérea sobre Libia.
Para garantizar el embargo sobre los suministros de armas a Libia y proteger a su población civil, una coalición de países occidentales lanzó el 19 de marzo una operación militar en Libia. El 31 de marzo, la OTAN asumió el mando de esta operación y el 1 de junio la prorrogó por 90 días hasta finales de septiembre.
