Anders Behring Breivik, de 32 años, realizó su ataque sin precedentes a la sociedad noruega “con el fin de cambiarla”, declaró hoy el abogado del presunto agresor, Geir Lippestad, a la cadena de televisión NRK.
“Breivik suponía que se necesitan cambios revolucionarios en la sociedad. Por eso quiso agredir contra su estructura”, dijo.
El agresor hizo el servicio militar en Noruega. Tenía licencia para portar armas de fuego. Según expertos, durante la masacre organizada en la isla de Utoya empleó el fusil Ruger Mini 14 y la pistola semiautomática Glock.
El propio Breivik no ocultaba en su blog las intenciones de aumentar sus arsenales. Escribió, por ejemplo, que como objetivo de la adquisición de Ruger Mini puso “caza de renos”. Ya detenido confesó: “Tenía muchas ganas de decir la verdad: que quiero liquidar a los marxistas cultos de las categorías A y B, para ver su reacción”.
Según datos de última hora, a raíz del doble atentado del 22 de julio, 93 personas murieron y cerca de un centenar recibieron heridas.
La policía noruega llevó a cabo este domingo una operación en cuyo marco detuvo a seis personas supuestamente involucradas en el doble atentado, aunque Breivik declaró anteriormente que no tenía cómplices y actuó solo, informó el rotativo Dagbladet.
El viernes 22 de julio, a las 15.22 hora local se produjo explosión en el distrito gubernamental de Oslo, en el edificio donde se ubica la oficina de primer ministro Jens Stoltenberg. Unas horas después, Breivik disfrazado de agente policial abrió fuego indiscriminado en un campamento juvenil de Utoya del gobernante Partido Laborista, de izquierdas.
