El Consejo de Seguridad de la ONU celebró anoche consultas sobre la crisis en el norte de Kosovo donde en los últimos días se han producido violentos incidentes en medio del debate por el control de la frontera entre Serbia y su antigua provincia.
El organismo internacional no ofreció comentarios sobre la reunión celebrada a instancia de Belgrado, cuyos representantes, no obstante, no pudieron participar en las consultas por oposición de tres miembros permanentes del Consejo, según declaró el titular serbio de Exteriores, Vuc Jeremic.
“Las cuestiones que no llegaron a estudiarse hoy se incluirán inevitablemente en la agenda de la próxima reunión sobre Kosovo a finales de agosto”, afirmó Jeremic, quien sostuvo en Nueva York un encuentro con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
Según el canciller serbio, el jefe de la ONU expresó preocupación por la situación en Kosovo y llamó a estabilizarla conforme a la resolución 1.244 de 1999 del Consejo de Seguridad.
La víspera, la fuerza internacional de paz bajo mando de la OTAN (KFOR) tomó el control del puesto fronterizo de Jarinje que el pasado miércoles fue destrozado e incendiado por un grupo de encapuchados.
El comandante de la KFOR, el general alemán Erhard Bühler, declaro el puesto de Jarinje y otro paso fronterizo, Brnjak, como zona militar restringida, y advirtió que se empleará la fuerza en caso de nuevos ataques que no descartó.
La tensión en la parte norte de Kosovo, poblada en su mayoría por serbios, se disparó el pasado lunes, después de que el presidente kosovar, Hashim Thaci, ordenara a la policía tomar el control de ambos puestos fronterizos, controlados hasta ahora por la misión de la Unión Europea EULEX.
Los enfrentamientos entre los comandos kosovares encargados de llevar a cabo la operación y manifestantes serbios que intentaron impedírselo se saldaron con decenas de heridos. Un policía murió horas más tarde a raíz de los traumatismos recibidos.
Kosovo proclamó su independencia de forma unilateral en febrero de 2008, apoyado por Estados Unidos y varios países europeos. Hasta el momento, ha sido reconocido como Estado soberano por 76 de los 192 países miembros de la ONU.
