El juicio contra el ex presidente de Egipto Hosni Mubarak, que se inició la víspera en El Cairo, fue aplazado hasta el 15 de agosto a petición de la defensa y podría prolongarse por varios meses, a juicio de expertos.
Mubarak, a quien se incriminan el uso de violencia contra manifestantes civiles, abuso de autoridad y enriquecimiento ilícito, negó ayer todas las acusaciones, lo mismo que sus hijos Gamal y Alaa, con quienes se reencontró ayer por primera vez desde su arresto en abril pasado y que son procesados por cargos similares. En el banquillo de acusados están también el ex ministro del Interior Habib Al Adli y otros seis generales del mismo departamento.
El ex presidente, de 83 años, sufrió en abril pasado un paro cardíaco y tiene otros problemas de salud, por lo que fue necesario transportarlo hacia el tribunal en ambulancia, avión y helicóptero médicos, así como dejarlo acostado sobre una camilla en la jaula de acusados, ante las cámaras que televisan el juicio en directo desde la sede de la Academia Policial de El Cairo.
El abogado de Mubarak, Farid El Dib, consiguió postergar la siguiente audición hasta el 15 de agosto alegando la necesidad de conocer más a fondo los materiales del caso. También pidió que comparezcan como testigos el mariscal Husein Tantawi, jefe del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas de Egipto al que Mubarak traspasó el poder el pasado 11 de febrero, y Sami Anan, jefe del Estado Mayor del Ejército. El Dib considera que sus testimonios aportarán más luz sobre la revuelta popular que acabó con el régimen de Mubarak tras casi 30 años en el poder pero costó a Egipto 800 muertos y varios miles de heridos.
Partidarios y detractores del ex presidente protagonizaron ayer una serie de enfrentamientos en El Cairo que causaron más de medio centenar de heridos. El Gobierno anunció anteriormente la intención de implicar unos 9.000 policías y militares en el mantenimiento del orden público en la zona próxima a la sala del juicio.
Los jueces aseguran que el proceso contra Mubarak será rápido pero expertos locales opinan que, en realidad, se prolongará por varios meses: el expediente consta de miles de folios y, además, habrá que escuchar a múltiples testigos de la acusación y de la defensa. Sólo El Dib insistió ayer en tomar declaraciones a más de mil testigos.
