El presidente sirio Bashar Asad mencionó febrero próximo como la fecha más probable de los comicios parlamentarios, los primeros en casi cinco décadas en que la oposición podrá competir con el gobernante Partido del Renacimiento Árabe Socialista (Baaz).
Comunicados anteriores daban a entender que las se iban a celebrar en lo que queda de este año pero Asad manifestó ayer en una alocución televisada a la nación que “la fecha prevista es febrero de 2012”.
Previamente será necesario impulsar una serie de cambios legislativos para que partidos opositores puedan participar en la votación, y el comité de reformas necesitará al menos seis semanas para examinar el asunto, explicó.
En su discurso, Asad admitió una escalada de tensión interna en estas últimas semanas pero dijo que no le preocupa y que el Gobierno sabrá controlar la situación. También restó importancia a las declaraciones de líderes de EEUU y Unión Europea que le instaron a dimitir hace unos días. Una intervención militar “va a acarrear secuelas” para cualquier Estado que se inmiscuya en los asuntos de Siria, advirtió.
La jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, exigió el jueves de parte de los 27 países miembros de la UE que Asad abandone el poder y anunció un nuevo paquete de sanciones contra Damasco. El mandatario estadounidense Barack Obama se pronunció anteriormente en el mismo sentido.
Fue la primera exigencia explícita por parte de Occidente desde que en Siria estallaron las protestas antigubernamentales. Según diversas estimaciones, el conflicto entre el Gobierno y los detractores del actual régimen causó la muerte de al menos 2.000 manifestantes civiles y 500 militares y agentes del orden desde mediados de marzo pasado.
Entretanto, Moscú prefirió desmarcarse de las demandas occidentales. La cancillería rusa emitió el viernes un comunicado expresando su preocupación por los acontecimientos en Siria pero al propio tiempo subrayó que Damasco dio “pasos bastante sustanciales” por el camino de reformas políticas. Así, levantó el estado de excepción, aprobó un decreto que garantiza a los ciudadanos el derecho a manifestarse pacíficamente y puso en marcha las leyes de elecciones generales y partidos. Es inadmisible, según el Ministerio ruso de Exteriores, incentivar desde fuera fuerzas radicales que fomentan la tensión en Siria.
