El nuevo Gobierno de Libia afronta retos difíciles, manifestó el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguei Lavrov, durante su primera visita a El Salvador.
“Confiamos en que la situación se mantendrá bajo control pero en todo caso no será fácil”, declaró el canciller ruso tras reunirse con su homólogo salvadoreño, Hugo Martínez.
Recordó que desde Libia “ya llegan noticias sobre casos de merodeo” y que el jefe del Gobierno transitorio ya pidió a sus partidarios “que resistan la tentación de vengarse del bando rival”.
“Deseamos que al término de hostilidades le siga la apertura de un diálogo político para formar nuevos organismos del poder, acordar las bases y los principios de la futura composición democrática del Estado en beneficio de todos sus ciudadanos”, señaló.
Una de las prioridades para el nuevo régimen, según Lavrov, ha de ser “la seguridad de ciudadanos extranjeros, entre ellos, rusos, que permanecen en Libia”.
El canciller lamentó que el desenlace del conflicto en Libia no se produjera antes, en parte, por “la renuencia de algunos círculos a apoyar las iniciativas (de paz) de la Unión Africana”, y también debido a la actuación de la OTAN que a finales de marzo asumió el mando de la operación Protector Unificado en Libia y, a juicio de Lavrov, se extralimitó en el mandato del Consejo de Seguridad de la ONU.
El ministro ruso afirmó que Moscú seguirá fiel a las tradiciones de amistad y cooperación con el pueblo libio. “No digo que hagamos respetar obligatoriamente nuestros intereses en Libia pero parto del que no van a desaparecer”, dijo.
Fuerzas rebeldes ya controlan la práctica totalidad de Trípoli. Por ahora se desconoce el paradero del coronel Muamar Gadafi, quien gobernó Libia durante más de 40 años. Según algunas informaciones, aún permanece en su residencia de Bab al Aziziyah, barrio de edificios gubernamentales y uno de los últimos baluartes del antiguo régimen.
La bandera de los rebeldes fue izada el lunes en las embajadas de Libia en Argel, Praga y otras capitales. Egipto y Kuwait reconocieron ayer al Consejo Nacional de Transición (CNT), organismo formado por los insurgentes a finales de febrero pasado, como Gobierno legítimo de Libia. Anteriormente lo hicieron más de 30 países, entre ellos, EEUU.
