El presidente yemení, Ali Abdullah Saleh, acusó a la oposición del país de corrupción y de utilizar a la población yemení para un cambio de régimen.
Saleh que desde junio se encuentra en la capital saudí, Riad, por razones de salud en un discurso difundido por televisión afirmó que los que apoyan la revolución de los jóvenes están sumidos en la corrupción y en el tráfico ilegal de armas.
Manifestó que tan pronto sea posible pondrá en marcha mecanismos para ejecutar la iniciativa de los países del Golfo Pérsico para la transferencia de poder en el país por medios pacíficos y firmar los documentos apropiados.
En su intervención, el presidente no comentó su inminente regreso al país como lo prometiera semanas atrás.
El Plan del Golfo para la solución pacífica de la crisis política interna en Yemen, propone la renuncia de Saleh ofrece en un plazo de 30 días después de la formación de un gobierno de unidad nacional. Tras el nombramiento del nuevo gobierno, el presidente debe entregar el poder al vicepresidente y a la oposición. Sin embargo Saleh se niega a firmar el documento.
Las protestas antigubernamentales estallaron en el país árabe a principios de febrero pasado y pasaron a una fase activa a principios de marzo. Los manifestantes exigen la renuncia del presidente Saleh que está al frente del país desde hace 33 años.