Rusia jugará en Libia papel adecuado a su apoyo a la revolución, declara el jefe del Consejo Nacional de Transición

El jefe del Consejo Nacional de Transición (CNT) libio Mustafá Abdel Jalil entrevistado hoy por RIA Novosti dijo que Rusia apoyó a la revolución libia y su presencia en la nueva Libia será adecuada a este apoyo.

“Quiero señalar que Rusia desde el comienzo mismo apoyó a nuestra revolución, por no usar de su derecho a veto durante la votación de las resoluciones 1970 y 1973 en el Consejo de Seguridad de la ONU. Valoramos altamente esta ayuda”, declaró.

El reconocimiento tardío a las nuevas autoridades libias por Rusia “no significa que haya estado en contra de la revolución”, añadió.

“La Federación Rusa podrá jugar su papel en el futuro de nuestro país, pues apoyó a nuestra revolución. Quiero volver a expresar nuestro agradecimiento a Rusia por no haber usado de su derecho a veto”, dijo el jefe del CNT.

Abdel Jalil anunció asimismo que las nuevas autoridades libias no planean adquirir armas rusas. “Libia no necesitará más armas”, afirmó.

“Respetamos las transacciones selladas con todos los Estados anteriormente, pero revisaremos todas, porque algunas se concertaron por unos corruptos. En unos contratos se fijaron precios muy elevados. Instituiremos una comisión especial que se encargará de revisar los contratos firmados”, informó.

Durante el gobierno de Muamar Gadafi, Libia firmó con Rusia importantes contratos de adquisición de armas.

En abril de 2008, Rusia y Libia suscribieron un convenio intergubernamental que estipulaba perdonar la deuda libia de 4.500 millones de dólares a cambio de concertar Trípoli contratos con el complejo militar-industrial ruso.

En el transcurso de las negociaciones, el monto de la deuda a perdonar fue reducido en 100 millones de dólares. Los contratos de compra de nuevas armas no fueron firmados. Las partes se limitaron a emitir un memorando sobre las intenciones de Trípoli de adquirir unos sistemas misilísticos de defensa antiaérea, carros blindados T-90C, un submarino diesel y unos sistemas de artillería.

En 2009, Rusia y Libia suscribieron unos contratos de modernización del material de guerra de fabricación soviética y rusa. Según datos del Centro de Análisis de Comercio Mundial de Armas (CACMA), uno de esos documentos estipulaba modernizar 145 carros blindados T-72 (por unos 70 millones de dólares).

De considerar un contrato firmado con Trípoli en enero de 2010, el volumen de los pedidos libios rondó 2.100 millones de dólares. En una perspectiva, se preveía firmar otros por unos 2.400 millones de dólares.

El director general de la compañía rusa de exportaciones de material  militar Rosoboronexport, Anatoli Isaikin, informó en agosto pasado que  por no realizarse los contratos concertados anteriormente con Libia sumida en conmociones, Rusia perderá unos 4.000 millones de dólares.

Rusia respeta los compromisos internacionales y actualmente no suministra armas a Libia, subrayó Isaikin.

A mediados de febrero del año en curso, en Libia estallaron protestas contra el régimen de Muamar Gadafi, que llevaba más de 40 años en el poder. Las manifestaciones desembocaron en choques armados entre los rebeldes y las fuerzas gubernamentales.

Tras operaciones de combate de casi seis meses de duración, la oposición logró tomar bajo su control casi todo el territorio de Libia. En la tercera década de agosto sus unidades apoyadas por la aviación de la OTAN se apoderaron de la capital, Trípoli. El paradero del propio Gadafi se desconoce. Fue anunciado un cuantioso premio por su captura. Unos miembros de la familia de Gadafi se fugaron a Argelia.

El 27 de febrero, las fuerzas opositoras formaron en Bengasi –la capital rebelde en el este del país – el Consejo Nacional de Transición como el único organismo de poder legítimo. Más de  60 países, incluida Rusia, ya reconocieron al CNT.