Rusia expresó este miércoles preocupación por la escalada de tensión en la antigua provincia serbia de Kosovo donde han ocurrido nuevos enfrentamientos entre serbokosovares y militares de la fuerza internacional de paz bajo mando de la OTAN (KFOR) que causaron la víspera una veintena de heridos.
“El nuevo brote de tensión en Kosovo confirma las reiteradas advertencias, expresadas por Rusia, sobre las consecuencias negativas de las pretensiones de Pristina de controlar la línea de demarcación administrativa entre la provincia y el resto de Serbia”, dijo en un comunicado, el portavoz del Ministerio ruso de Exteriores, Alexandr Lukashévich
Añadió que la actitud de consentimiento hacia la parte albanokosovar favorece el aumento de su agresividad, estimula la falta de deseo de buscar soluciones consensuadas y respetar los intereses legítimos de todos los grupos étnicos de Kosovo.
Lukashévich recordó que los últimos acontecimientos provocaron la suspensión del diálogo entre Belgrado y Pristina.
“Estamos especialmente preocupados por la violencia contra la población serbia por parte de unidades de la KFOR. Son alarmantes las informaciones sobre el ataque contra una ambulancia que trasladaba a heridos serbios a un hospital”, manifestó.
La cancillería rusa reiteró a las misiones internacionales, en primer lugar la KFOR y la Misión de la Unión Europea para el Imperio de la Ley (EULEX), la petición de “mantener estrictamente el estatus de neutralidad”.
“Las decisiones que afecten la estabilidad y la seguridad de la provincia deben basarse en la resolución 1.244 del Consejo de la ONU, fundamental para la solución del conflicto de Kosovo”, resaltó el diplomático ruso.
Cuatro efectivos de la KFOR y una quincena de serbios resultaron heridos el martes en enfrentamientos ocurridos en la zona del puesto de Jarinje, en la frontera con Serbia.
La tensión en la parte norte de Kosovo, poblada en su mayoría por serbios, se disparó a mediados de septiembre, después de que las autoridades albanokosovares desplegaran de forma unilateral a sus policías y agentes de aduanas en Jarinje y otro paso fronterizo, Brnjak.
El pasado 25 de julio las autoridades albanokosovares intentaron tomar el control de ambos puestos, controlados hasta ahora por efectivos de la KFOR y la EULEX.
Kosovo proclamó su independencia de forma unilateral en febrero de 2008, apoyado por Estados Unidos y varios países europeos. Hasta el momento, ha sido reconocido como Estado soberano por 76 de los 193 países miembros de la ONU.
