Turquía exige descuento sobre gas ruso y amenaza con reducir importación

Turquía exige un descuento sobre el gas que importa de Rusia y amenaza con rescindir un contrato suscrito en los tiempos de la URSS, pero el gigante gasista ruso Gazprom no está dispuesto a hacer concesiones hasta que Ankara autorice la construcción del gasoducto South Stream en el sector turco del mar Negro, escribe hoy el diario Moskovskie Novosti (MN).

El ministro de Energía turco Taner Yildiz recordó la víspera que los precios del gas natural subieron un 39% en los últimos dos años y medio siguiendo la tendencia alcista en el mercado petrolero. Si Rusia no ofrece un descuento sobre el gas que Turquía importa a través del llamado Corredor Oeste, vía Ucrania, Rumania y Bulgaria, Ankara rehusará prolongar el convenio que fue firmado hace 25 años y que prevé el suministro anual de seis mil millones de metros cúbicos.

La rusa Gazprom Export precisó ayer que su contraparte en Turquía no es el Ministerio de Energía sino la compañía pública Botas con la que se celebran negociaciones y la cual no ha desvelado aún su postura hacia la prórroga de ese contrato, válido hasta finales de 2011. Hoy es la fecha tope para enviar una notificación al respecto.

Las exportaciones rusas cubren en más del 50% la demanda del gas en Turquía, lo que convierte a Gazprom en el mayor proveedor para Botas. Ambas empresas están vinculadas por tres contratos cuyo volumen anual alcanza 30 mil millones de metros cúbicos. Para diversificar sus importaciones, Turquía firmó también una serie de acuerdos con Irán, Azerbaiyán, Argelia y Nigeria.

El pasado año, Turquía compró a Rusia sólo 18 mil millones de metros cúbicos, menos del 75% del volumen mínimo acordado en el contrato, lo que implica el pago de multas por valor de mil millones de dólares. Gazprom rehúsa especificar, si recibió esa suma de Ankara.

La exigencia turca de un descuento sobre el gas ruso se debe, probablemente, al deseo de presionar sobre otros proveedores, en particular, Azerbaiyán con el que Turquía va negociando el suministro anual de seis mil millones de metros cúbicos desde el campo gasista Shah Deniz 2.

Ankara lleva más de dos años sin darle a Moscú el visto bueno para la construcción del gasoducto South Stream en el sector turco del mar Negro. Su renuencia es comprensible, pues Turquía forma parte de varios proyectos alternativos que la UE promueve para asegurarse el suministro del gas caspio a Europa al margen de Rusia.

Lo que está en juego, aparte del beneficio económico, es la oportunidad de convertirse en un importante centro de tránsito entre Medio Oriente, la cuenca del Caspio y Europa, condición en que Turquía cifra grandes expectativas. Y lo que echa la leña al fuego es la guerra de nervios entre la UE y Rusia acerca de las rutas del suministro del gas caspio al mercado europeo.