El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguei Lavrov, declaró hoy que la solución de la crisis y la reconciliación nacional en Yemen exigen un acuerdo entre las partes enfrentadas.
“Es importante incitar a las partes lo más pronto posible que lleguen a un acuerdo que permita avanzar hacia la reconciliación nacional y superar la crisis profunda”, dijo Lavrov en una rueda de prensa junto con su colega de Yibuti, al agregar que las posturas de los dos países sobre este problema coinciden.
El canciller ruso destacó también la cooperación de Rusia y Yibuti en el arreglo somalí, así como en los problemas entre Etiopia y Eritrea.
“Abogamos por la necesidad de que los negociadores etíopes y eritreos cumplan las decisiones del Consejo de Seguridad y el acuerdo argelino, aprobado anteriormente entre las partes”, dijo Lavrov.
El canciller indicó también que durante su encuentro con el presidente de Eritrea en Nueva York hace diez días, resaltó la necesidad de acelerar la búsqueda de soluciones para normalizar la situación en la zona fronteriza entre Eritrea y Yibuti.
Desde febrero pasado en Yemen se desarrollan protestas antigubernamentales, que se intensificaron mucho a mediados de marzo. Sus participantes exigen reformas y la dimisión del presidente Alí Abdalá Saleh. Las fuerzas de seguridad emplean armas de fuego para disolver las protestas. Según medios noticiosos, centenares de personas perecieron en el país desde que comenzaron las conmociones.
Las negociaciones con la oposición sobre el arreglo político según el plan del Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo (CCEAG) quedaron interrumpidas a mediados del pasado mes de septiembre.
La oposición Yemen rechazó el diálogo con las autoridades ya que Saleh designó a su adjunto a sostener las negociaciones. La oposición declaró que cualquier diálogo sin la firma del presidente será pura pérdida de tiempo e intento de inducir a error a la opinión pública.
El plan del CCEAG, propuesto a principios del pasado mes de abril por sus seis integrantes (Arabia Saudita, Kuwait, Bahrein, Qatar, Emiratos Árabes Unidos, Omán), preveía que Saleh traspasaría el poder al vicepresidente en el plazo de un mes desde la formación del Gobierno de unidad nacional y que la oposición deje de organizar manifestaciones. Además, el plan concedía inmunidad a Saleh contra la persecución judicial.
No obstante, Saleh sin rechazar directamente la iniciativa, en tres ocasiones anteriores se negó a firmar el documento correspondiente bajo diversos pretextos.
