La Asamblea General de la ONU aprobó la víspera por amplia mayoría una declaración que condena la violencia del Gobierno de Damasco contra la oposición y apoya la petición de la Liga Árabe para la dimisión del presidente sirio, Bashar Asad.
La votación del documento, presentado por 70 países de Occidente y el mundo árabe, culminó con 138 votos a favor, 12 en contra y 17 abstenciones.
Tal como se esperaba, Rusia votó en contra porque el texto final no recogió sus propuestas. En particular, Moscú pedía que la declaración exigiera a todas las fuerzas de oposición desmarcarse de los grupos armados que usan la violencia y poner fin a los ataques contra instituciones estatales.
En sus declaraciones tras la votación, el embajador ruso ante las Naciones Unidas, Vitali Churkin, calificó el documento como “desequilibrado”.
“En mayor medida, refleja las tendencias que nos causan preocupación, como la de intentar aislar al Gobierno sirio, rechazando cualquier contacto con él, e imponer desde el exterior una fórmula de solución política”, explicó el diplomático.
Entre los países que votaron en contra de la resolución también figuran China, Venezuela, Corea del Norte e Irán.
Así, el embajador adjunto de Pekín ante la ONU, Wang Min declaró que la actuación de la organización internacional, “en lugar de hacer aún más difícil el problema, debería contribuir para mantener la paz y la estabilidad en Oriente Próximo y para preservar la unidad de la comunidad internacional”.
Por su parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, celebró la aprobación de una declaración de condena contra Siria e instó a Damasco a “atender el llamamiento de la comunidad internacional y la voz del pueblo sirio”.
“Es importante que todo el mundo unido en una sola voz constate la necesidad de poner fin a la violencia y de redoblar el esfuerzo para lograr una solución pacífica a la crisis. Es precisamente lo que hizo la Asamblea General”, señaló.
El responsable de la ONU expresó disposición para “cumplir con sus obligaciones tal como lo exige resolución y en estrecha colaboración con la Liga Árabe”.
Desde hace casi un año, Siria es escenario de violentos choques entre la oposición y las fuerzas gubernamentales que, según datos de la ONU, se han cobrado más de 5.000 vidas humanas.
Por su parte, el Gobierno sirio reporta más de 2.000 muertos entre los soldados y policías que se enfrentan a milicias fuertemente armadas.
Ante el temor a posible intervención militar extranjera en Siria, Rusia y China bloquearon el pasado 4 de febrero en el Consejo de Seguridad una resolución contra Damasco. Ambos países ejercieron su derecho de veto por segunda vez en los últimos meses.
