El conflicto en Siria puede provocar unos procesos muy serios, incluido el empeoramiento de la situación a escala regional, declaró este sábado el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, entrevistado por la cadena de televisión Rossia1.
“Comparto las inquietudes respecto a que unas u otras decisiones tomadas sobre Siria pueden provocar procesos muy serios. Quienes son capaces de influir sobre esta situación deben comprender el grado de la responsabilidad que asumen”, dijo.
Si se altera el carácter de relaciones existente entre diversas etnias y confesiones de Siria, en cuya historia abundan acontecimientos dramáticos, pueden sobrevenir unas consecuencias impredecibles. “Si la estructura actual viene abajo, puede cambiar la situación en torno a Irán y también a Irak, donde los sunitas se sienten humillados y lo dicen en voz alta”, advirtió el canciller ruso, refiriéndose a la crisis entre los chiitas y los sunitas que madura en el mundo islámico.
Las autoridades sirias declararon la víspera que comparten los planes de arreglo de la crisis en el país que propone el enviado especial de Naciones Unidas y la Liga Árabe, Kofi Annan, pero al mismo tiempo anunciaron que no renunciarán a librar la lucha armada contra los grupos terroristas.
Annan presentó ayer un informe en el Consejo de Seguridad de la ONU sobre la situación en Siria. Dijo que hace falta enviar una misión a Siria para elaborar un mecanismo de monitoreo de la situación.
Al comentarlo, Lavrov indicó que Rusia apoyará cualquier acuerdo elaborado a partir de los resultados de un diálogo político entre el Gobierno y la oposición de Siria.
El canciller informó a la cadena Russia1 que una delegación de la oposición siria visitará Moscú dentro de poco. La parte rusa, al reunirse anteriormente con el dirigente del Consejo Nacional Sirio, Burhan Ghalioun, y otros líderes de la oposición los exhortó a separarse de los que quieren militarizar el conflicto, en particular, desentenderse de las bandas armadas que organizan provocaciones.
Desde hace casi un año, Siria es escenario de violentos choques entre la oposición y las fuerzas gubernamentales, los que se han cobrado más de 8.000 vidas humanas, según datos de Naciones Unidas.
Por su parte, el Gobierno sirio reporta más de 2.000 muertos entre los soldados y policías que se enfrentan a unas milicias fuertemente armadas.
