Unas 250 mil personas asistieron a la Santa Misa, oficiada por Benedicto XVI en la Plaza de la Revolución “Antonio Maceo”.
A la Santa Misa asistieron el presidente de Cuba, Raúl Castro, los Arzobispos del país caribeño, del Vaticano y de América Latina, funcionarios del gobierno cubano, autoridades provinciales, personalidades del mundo del arte entre otros.
El Monseñor Dionisio García Ibáñez, Arzobispo de Santiago de Cuba, durante su saludo al Sumo Pontífice, previo a la Santa Misa, destacó que el pueblo de la nación caribeña se siente orgulloso de ser cubano y que rechaza cualquier intento de injerencia externa en los asuntos de su país.
“… donde quiera que estemos, llevamos con orgullo el nombre de cubano, recelamos de toda injerencia foránea en nuestros asuntos y nos sentimos comprometidos en
lograr, con esperanza y decisión, una República próspera, incluyente y participativa, con todos y para el bien de todos”, dijo García.
Por su parte, al final de la Misa el Santo Padre entregó la “Rosa de Oro”, una condecoración creada por el Papa León IX en 1049, a la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre.
Antes, el presidente de la isla caribeña, Raúl Castro, ofreció un discurso de bienvenida en Santiago de Cuba, a Benedicto XVI: “Santidad: Cuba lo recibe con afecto y respeto y se siente honrada con su presencia. Encontrará aquí a un pueblo solidario e instruido que se ha propuesto alcanzar toda la justicia y ha hecho grandes sacrificios”.
Asimismo, Castro destacó que el pueblo cubano aprendió de Martí a rendir culto a la dignidad plena del hombre y que heredó la fraterna fórmula que seguen hasta hoy: “con todos y para el bien de todos”.
Añadió que Cintio Vitier, insigne intelectual y cristiano, escribió que “el verdadero rostro de la Patria… es el rostro de la justicia y de la libertad” y que “la Nación no tiene otra alternativa: o es independiente o deja de ser en absoluto”.
En el marco de la bienvenida al Sumo Pontífice, el mandatario cubano señaló que la “potencia más poderosa (EEUU) que ha conocido la Historia ha intentado despojarnos, infructuosamente, del derecho a la libertad, a la paz y a la justicia”.
No obstante, “con virtud patriótica y principios éticos el pueblo cubano ha hecho tenaz resistencia, sabiendo que ejercemos también un derecho legítimo cuando seguimos nuestro propio camino, defendemos nuestra cultura y la enriquecemos con el aporte de las ideas más avanzadas”, apuntaló Castro.
