Moscú está preocupado por la demora en la investigación de los casos de tráfico de órganos en Kosovo, denunciados en 2010 por el entonces relator del Consejo de Europa Dick Marty, así como ante las informaciones sobre el entrenamiento de rebeldes sirios en su territorio, declaró la víspera el embajador de Rusia ante la ONU, Vitali Churkin.
Según recordó el diplomático ruso, las acusaciones de Marty afectan a varios de los líderes actuales de Kosovo, que podrían estar implicados en la red de transplantes ilegales.
“La investigación debe ser imparcial y hay que procesar a todos los culpables. Es precisamente por eso que Rusia apoyó la propuesta de Serbia de trasladar la investigación a la ONU”, aseveró Churkin al intervenir ante el Consejo de Seguridad.
Actualmente, la investigación de los casos de tráfico de órganos corre a cargo de la misión de la Unión Europea para el imperio de la ley (EULEX) en el territorio que autoproclamó su independencia de Serbia en 2008 con apoyo de EEUU y varios países europeos.
Al referirse a las informaciones sobre contactos entre las autoridades kosovares y grupos armados de la oposición siria, el diplomático alertó de que la “conversión de Kosovo en un campo de entrenamiento para militantes de distintos grupos armados podría suponer un grave factor desestabilizador que trascendería más allá de la región balcánica”.
El Ministerio de Exteriores de Rusia hizo el pasado lunes una declaración en el mismo sentido.
A finales de abril, la agencia serbia Tanjug informó citando a un activista sirio exiliado que la oposición siria prevé adoptar el modus operandi del Ejército de Liberación de Kosovo, una organización terrorista que defendió el separatismo albano-kosovar, y que, en caso de llegar al poder en Siria, reconocería la independencia de Kosovo.
Por su parte, el Gobierno de Pristina negó la presencia en Kosovo de centros de entrenamiento para los insurgentes sirios, aunque reconoció los contactos con la oposición siria.
“Tuvimos contactos diplomáticos y apoyamos su causa”, afirmó anoche el ministro de Exteriores de Kosovo, Enveer Hoxhaj, al recordar que su Gobierno fue el “primero en apoyar la oposición en Libia y otros países árabes el año pasado”.
No obstante, a la pregunta de periodistas si los rebeldes sirios entrenan en Kosovo, el diplomático dijo tajante: “De ninguna manera”.
Desde hace un año Siria es escenario de enfrentamientos armados entre las fuerzas leales al presidente Asad y la oposición que causaron más de 9.000 muertos, según estimaciones de la ONU.
