El Consejo de Seguridad de la ONU, que se reunió anoche en una sesión de urgencia, condenó la matanza de civiles en la localidad siria de Hula, donde, según datos de la misión de observadores internacionales, murieron al menos 116 personas y unas 300 resultaron heridas.
“Los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU condenaron en los más firmes términos la muerte confirmada por los observadores de la ONU de decenas de hombres, mujeres y niños y las heridas de centenares de personas en el poblado de Hula, en Homs, como resultado de ataques, lanzados también con artillería y tanques, de las tropas gubernamentales contra barrios residenciales”, dice un declaración emitida tras la reunión.
El organismo internacional condenó también la muerte de civiles asesinados a bocajarro o mediante otras formas de violencia.
“Ese atroz uso de la fuerza contra la población civil es una violación de la ley internacional y de los compromisos del Gobierno sirio con la ONU. Los responsables de los actos de violencia deben dar cuenta de ellos”, señala la declaración del máximo órgano de seguridad internacional.
Anteriormente, la matanza de Hula recibió una firme condena por parte de la ONU, Estados Unidos, la Unión Europea y algunos de sus países miembros como el Reino Unido, Francia o Alemania.
El ataque contra la localidad siria tuvo lugar el pasado viernes, en vísperas de una visita a Damasco del enviado especial de la ONU y la Liga Árabe, Kofi Annan, autor del plan de paz que incluye un alto el fuego decretado en Siria a mediados de abril.
Aunque inicialmente se reportaron 92 víctimas mortales, 42 de ellos niños, el general noruego Robert Mood, jefe de la misión de observadores de la ONU desplegada en el país árabe, elevó anoche este balance al menos a 116 muertos y 300 heridos.
El Gobierno sirio negó la víspera toda responsabilidad en la masacre de Hula, afirmando que su Ejército no ataca a “niños, mujeres y ancianos”.
Por su parte, Rusia planteó la hipótesis de que la matanza pudo ser una provocación por parte de aquellos quienes apuestan por la violencia e intentan impedir el proceso de paz.
“No podemos suponer que esta acción respondía al interés del Gobierno sirio de cara a la visita de Kofi Annan. Está claramente dirigida a obstaculizar el plan de Annan, el desarrollo del proceso de paz y el diálogo político. Ahora las circunstancias se han hecho mucho más difíciles para el futuro esfuerzo del enviado especial”, argumentó el embajador de Moscú ante la ONU, Alexandr Pankin.
Entretanto, el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), con sede en Londres, que informó sobre la masacre de Hula, denunció un nuevo caso de violencia contra civiles, esta vez en la ciudad siria de Hama, donde al menos 33 personas, entre ellas siete niños y cinco mujeres, murieron el domingo a causa de un ataque de artillería lanzado presuntamente por el Ejército.
