La embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Susan Rice, calificó de mentira indignante los resultados de la investigación realizada por las autoridades sirias sobre la masacre en el poblado de Hula.
Rice resaltó que faltan pruebas de los resultados de la investigación llevada a cabo por las autoridades sirias, mientras que los datos obtenidos de observadores de la ONU tampoco corresponden a las conclusiones gubernamentales, según informó la prensa internacional.
Washington sigue abogando por la dimisión del presidente sirio, Bashar Asad, concluyó Rice.
Ayer, jueves, el jefe de la comisión encargada de investigar la masacre en Hula, general Qassem Jamal Suleiman, declaró que lo sucedido fue obra de grupos armados antigubernamentales.
En una rueda de prensa celebrada en Damasco el general informó que unos 600 u 800 bandidos armados lanzaron un ataque bien coordinado contra las posiciones del Ejército y las fuerzas de seguridad cerca de Hula. Todas las víctimas mortales eran familias que se negaron a apoyar la resistencia armada y cooperar con las fuerzas antigubernamentales, agregó.
Más de un centenar de personas, entre ellas mujeres y niños, murieron masacradas en el poblado sirio de Hula el pasado 25 de mayo. El Consejo de Seguridad de la ONU condenó lo ocurrido en una reunión urgente convocada el domingo.
Desde hace un año, Siria es escenario de enfrentamientos armados entre las fuerzas leales al presidente Asad y la oposición que causaron más de 9.000 muertos, según estimaciones de la ONU. Por su parte, las autoridades reportan más de 2.500 muertos entre militares y agentes del orden público y al menos 3.200 muertos entre la población civil.
A mediados de abril arribó a Siria el primer grupo de observadores de la ONU que realizan el monitoreo del cese del fuego declarado en el marco del plan de paz propuesto por el enviado especial de la ONU y la Liga Árabe, Kofi Annan.
