No todos los líderes de los países islámicos apoyan la idea de intervenir militarmente en el conflicto sirio, declaró hoy el secretario general de la Organización de Cooperación Islámica (OCI), Ekmeledin Ihsanoglu, en rueda de prensa celebrada al cierre de la cumbre de la OCI.
“No veo suficiente apoyo a la intromisión militar extranjera (en el conflicto sirio)”, dijo.
Los reunidos en La Meca decidieron suspender la membresía de Siria en la Organización de Cooperación Islámica, acusando a sus dirigentes de la “matanza de miles de civiles”. Pero al mismo tiempo subrayaron que hace falta conservar la integridad de Siria. Irán votó en contra de la suspensión de Siria.
Además del conflicto sirio, la cumbre analizó la situación de la población musulmana de Myanmar y la situación en Palestina.
Entre los participantes de la reunión figuraron el presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad; el presidente de Egipto, Mohamed Mursi; el rey de Jordania, Abdalá II; el presidente de Turquía, Abdullah Gül, y el presidente de Pakistán, Asif Ali Zardari.
A la cumbre no asistieron los máximos líderes de los países tan importantes de la OCI como Irak, Emiratos Árabes e Indonesia. El Damasco oficial y la oposición siria no fueron invitados a tomar parte en las reuniones de Yida (a nivel de cancilleres) y de La Meca.
La Organización de Cooperación Islámica fue fundada en septiembre de 1969 con el fin de garantizar la solidaridad musulmana en las esferas social, económica y política. La integran 57 países. Rusia goza del estatuto de observadora.
El conflicto en Siria continúa desde marzo de 2011. Ya se cobró unas 17.000 vidas. Los países occidentales insisten en la dimisión de Asad, sosteniendo que eso llevará al cese de la violencia. Pero Rusia y China temen que tal desarrollo de la situación provoque una guerra civil y hasta un conflicto regional. Las autoridades sirias a su vez declaran que los rebeldes reciben apoyo desde el exterior.
