El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, condenó anoche la polémica película estadounidense “La inocencia de los musulmanes” sobre el profeta Mahoma, así como la ola de la violencia que la cinta ha desatado en Libia y otros países islámicos, informó en un comunicado la organización internacional.
“(Ban) condena el filme lleno de odio que parece haberse creado deliberadamente para sembrar la intolerancia y el derramamiento de sangre”, dice el documento.
El titular de la ONU también expresó una “profunda preocupación” ante la ola de protestas violentas contra las embajadas de Estados Unidos en varios países musulmanes y en particular en Libia, donde un ataque con cohetes contra el consulado estadounidense acabó con la vida del embajador Christopher Stevens y otros tres funcionarios de la misión.
Estos asesinatos y ataques “no pueden tienen justificación alguna”, sentenció Ban, al tiempo que pidió “calma y contención” resaltando la importancia del “diálogo, respeto y entendimiento mutuo”.
La cinta, que los adeptos del Islam califican de blasfemia contra el profeta Mahoma, también recibió duras críticas por parte de Washington que la calificó de “repugnante” y “reprensible” y negó su responsabilidad en la creación del filme.
“El Gobierno de EEUU no participó en la creación de la película y rechaza sus afirmaciones y contenido. EEUU es un país que tiene una larga tradición de tolerancia y respeto a la religión y que es casa para personas de distintas confesiones, incluidos varios millones de musulmanes”, declaró la víspera el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney.
Al mismo tiempo, el funcionario afirmó que los contenidos de la película son contrarios a la moral y por tanto no merecen reacción alguna.
“Consideramos que no existe ningún motivo para una respuesta violenta al filme. El Islam respeta la dignidad humana y condena la violencia contra inocentes”, manifestó.
Carney dijo entender que “es difícil para personas alrededor del mundo comprender porqué EEUU no impide la aparición de cintas como esta”, aunque explicó que su Gobierno no puede hacerlo debido a la “tradición de libre expresión que está protegida por la ley”.
“Nuestro Gobierno no tiene posibilidades de impedir a ciertos ciudadanos a que expresen sus puntos de vista”, subrayó.
