El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, expresó confianza en que el conflicto en torno al programa nuclear iraní, que Tel Aviv considera una amenaza para la seguridad nacional, quede solucionado en el plazo de un año.
“A nivel nacional lo más importante que lamento es que no hayamos detenido aún a Irán. Hemos hecho mucho, pero sin alcanzar este objetivo. Cuando me entrevisten el año que viene, espero poder ofrecerles otra respuesta”, declaró Netanyahu en una entrevista concedida al diario The Jerusalem Post con motivo del Rosh Hashaná, año nuevo judío.
El jefe del Gobierno israelí volvió a abogar por imponer al proyecto nuclear iraní “líneas rojas” cuyo traspaso desencadenaría una respuesta firme e incluso militar por parte de la comunidad internacional.
“Es importante trazar las líneas rojas de tal forma que Irán sea consciente de las consecuencias que conlleva traspasarlas”, acotó.
No obstante, la propuesta Netanyahu ya ha sido rechazada por Washington, según se desprende de declaraciones oficiales de la Casa Blanca, el Departamento de Estado y el Pentágono.
Así, el secretario de Defensa de EEUU, León Panetta, argumentó en declaraciones al portal Foreign Policy que “el hecho es que los presidentes de Estados Unidos, los primeros ministros de Israel o cualquier otro país no disponen de pequeñas líneas rojas para decidir qué hacer”.
Según el jefe del Pentágono, lo que tienen los líderes internacionales son “hechos que se les presentan acerca de lo que se propone otro país” para evaluar qué “acciones son necesarias ante una y otra situación”.
“Las líneas rojas son una especie de argumento político para tratar de poner a la gente contra la pared”, sentenció.
Según informaciones de la prensa internacional, desde principios de este año Tel Aviv prepara un ataque preventivo contra las instalaciones nucleares de la República Islámica, a la que Israel junto con EEUU y otros países occidentales acusa de desarrollar armas nucleares bajo la cobertura de un programa civil de energía atómica.
A su vez, Washington defiende por ahora una solución diplomática para el conflicto y apuesta por continuar negociando con Teherán.
