El jefe del Departamento de Defensa de EEUU, León Panetta, afirmó la víspera que todavía no están agotados los métodos diplomáticos de zanjar el conflicto en Siria y que la intervención militar en ese país sería un grave error.
“Tal intervención sería un grave error (…). EEUU coopera con la comunidad mundial para ayudar a la oposición siria y garantizar la ayuda humanitaria a las víctimas de la violencia en Siria. Además, sigue atentamente el estado de los depósitos de armas químicas y biológicas en el país”, reveló Panetta reunido con los periodistas.
Pero seguidamente declaró que EEUU seguirá el camino que determine la comunidad mundial. “Si esta llega a la conclusión de que la operación militar es imprescindible, participaremos en su realización”, dijo.
El miércoles pasado, el emir de Qatar propuso desde la tribuna de la ONU que los Estados árabes se inmiscuyan en la situación en Siria, porque el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas no logra proponer métodos eficaces de arreglo del conflicto sirio.
El secretario general de la Liga Árabe, Nabil al Arabi, por su parte aclaró que la propuesta de inmiscuirse en el conflicto sirio no supone emplear fuerza para derrocar al actual régimen del país. “Todo el mundo entiende que cualquier guerra provocará miles y miles de nuevas víctimas”, afirmó. También dijo lamentar que unas resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU se aprueban pero no se cumplen, mientras que otras quedan bloqueadas.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon; el jefe de la Liga Árabe, Nabil al Arabi, y el enviado especial para Siria de ambas organizaciones, Lahdar Brahimi, reunidos en los márgenes de la 67 sesión de la Asamblea General de la ONU, indicaron que la comunidad mundial debe hacer lo máximo para respaldar los esfuerzos de Brahimi por prevenir que Siria se convierta en un campo de hostilidades regionales.
El conflicto en Siria continúa desde marzo de 2011y ya se cobró más de 20.000 vidas, según datos de la ONU. Occidente y algunos países árabes insisten en la destitución del presidente Bashar Asad, suponiendo que con eso cesaría la violencia. Rusia y China a su vez temen que una injerencia extranjera provoque la propagación del conflicto sirio a toda la región.
