El Consejo de Seguridad de la ONU expresó su preocupación por el brote de extremismo separatista en el norte de Malí e instó a enviar cuanto antes el contingente de paz africano a ese país de África occidental, dice un comunicado emitido ayer por el organismo.
Anteriormente el jueves, la prensa informó sobre la toma por guerrilla de la ciudad de Kona, situada en la parte central de Malí, en una región limítrofe entre el noreste del país controlado por los separatistas islamistas, y el sur, bajo la autoridad del Gobierno.
“Los miembros del Consejo de Seguridad expresan su profunda preocupación por las informaciones sobre las acciones bélicas y ataques de grupos terroristas y extremistas en el norte de Malí, en particular, la toma de la ciudad de Kona. El agravamiento de la situación pone en peligro la estabilidad y la integridad territorial de Malí, y es una amenaza directa a la paz y la seguridad internacionales”, dice el comunicado del Consejo de Seguridad.
El organismo autorizó en diciembre pasado el envío de un contingente de 3.300 militares de países africanos (AFISMA) a Malí.
De acuerdo con la resolución aprobada el contingente de “cascos azules”, que permanecerá en Malí durante un año, se encargará de prestar ayuda a las autoridades en la modernización del sistema de defensa y de los cuerpos de seguridad, restablecer la vida normal en las regiones norteñas del país, controladas por los terroristas, extremistas y otros grupos armados, así como de proporcionar la ayuda humanitaria a los necesitados.
La situación en Malí se agravó tras el derrocamiento del régimen de Muamar Gadafi en Libia. El éxodo de las tribus tuareg que gozaban de la protección por parte del exlíder libio, provocó una guerra separatista y el surgimiento en abril de 2012 del Estado autoproclamado de Azawad en el norte del país, que ocupa dos tercios del territorio nacional.