El ministro de Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov, criticó hoy que la oposición siria esté empeñada en continuar con su lucha armada contra el Gobierno del presidente Bashar Asad y que ciertos países la apoyan en este empeño.
“La coalición nacional siria ha declarado que su objetivo es acabar con el régimen de Asad y sus instituciones, algo que se contradice con el comunicado de Ginebra que dice expresamente que se deben mantener las instituciones del Estado para evitar los errores de otros países”, declaró Lavrov.
Mientras que Rusia, China y la ONU son los que se esfuerzan por sentar en la mesa de negociación a las partes del conflicto, Occidente apoya a la oposición y solo finge intentos de colaborar para impulsar el proceso de paz, sentenció.
Recordó que en este sentido la prioridad para Rusia es lograr lo antes posible el fin de la violencia y la estabilización del país, y no mantener o derrocar al régimen de Asad, que es un “objetivo geopolítico”. Al mismo tiempo, otros países “tienen, por lo visto, otras prioridades”, subrayó Lavrov.
“Lo discutimos abiertamente con ellos y, según parece, lo entienden, al igual que se dan cuenta de la amenaza que entraña la posible desintegración del Estado sirio, pero una vez que están en público, dicen cosas algo diferentes de las que nos decían a nosotros en privado”, explicó.
Desde marzo de 2011, Siria vive un violento conflicto armado que ha causado, según datos de la ONU, al menos 60.000 muertos y más de 600.000 refugiados. El Gobierno del país afirma que su Ejército se enfrenta a milicias fuertemente armadas y apoyadas desde el exterior.
El comunicado de Ginebra, emitido en junio de 2012 tras una reunión en la ciudad suiza del llamado Grupo de Acción para Siria (ONU, Liga Árabe, UE, miembros permanentes del Consejo de Seguridad y países vecinos de Siria), exige el cese de la violencia en Siria y establece pautas de la futura transición, en particular, la creación de un Gobierno que incluya a todas las fuerzas políticas.
