Uno de los dos sospechosos de la doble explosión de Boston murió abatido por la Policía y el otro logró huir durante una persecución, informó el portavoz de la Policía estatal de Massachusetts, Timothy Alben.
Los hechos ocurrieron alrededor de la pasada medianoche en Watertown, a las afueras de Boston, apenas varias horas después de que la Policía hiciera públicas las primeras imágenes de los sospechosos de colocar las bombas que el pasado mataron a tres e hirieron a 183 personas durante el maratón de Boston.
“El sospechoso número uno está muerto, el sospechoso número dos continúa en busca, es extremadamente peligroso. Creemos que es un terrorista que ha venido aquí para matar. Tenemos que detenerle”, manifestó por su parte el inspector de la Policía de Boston, Ed Davis.
Según medios estadounidenses, la operación para atrapar a los sospechosos del atentado se convirtió en una persecución al estilo de las películas de acción cerca de la medianoche del jueves, cuando dos individuos atracaron un supermercado en el campus universitario del Instituto Tecnológico de Massachusetts. Minutos después, la policía encontró cerca de allí un coche patrulla con un agente herido que tenía múltiples disparos en la cabeza. El policía murió tras ser hospitalizado.
Los sospechosos robaron un coche y se dieron a la fuga, pero en Watertown fueron localizados y perseguidos por la policía. Poco después, se produjo un tiroteo en el que, según testigos, hubo entre 15 y 50 disparos.
Según Alben, los presuntos autores del atentado de Boston también arrojaron explosivos desde el coche. Residentes de la localidad y reporteros presentes en la zona hablan de al menos dos fuertes explosiones.
El oficial pidió a la población de Watertown no salir a la calle. Se teme que el segundo sospechoso pudo haber minado la zona con varias bombas similares a las que estallaron en Boston. Así, hay informaciones de que la policía descubrió en Watertown una olla de presión que podría contener explosivos.
Entretanto, la agencia Bloomberg reveló este viernes que ambos sospechosos fueron identificados gracias a la ayuda de un corredor que perdió las piernas en el atentado. Jeff Bauman, un joven de 27 años, vio a uno de los presuntos terroristas instantes antes de las explosiones. Se trataba de un individuo encapuchado y con gafas de sol que dejó una mochila junto a la línea de meta. Dos minutos después, la mochila voló por los aires.
Gracias al testimonio de Bauman que describió en detalle a uno de los sospechosos, el FBI supo a quién buscar en las grabaciones de las cámaras de vigilancia y de los móviles de testigos.
La foto del propio corredor con las piernas mutiladas y ensangrentadas ha sido uno de los testimonios gráficos más impactantes del atentado. Su familia residente en Nueva Hampshire se enteró de lo que le había pasado por la prensa.
