Los cancilleres de la UE reunidos ayer en Bruselas no lograron consenso sobre la prórroga ni la anulación del embargo de armas a Siria, y por tanto los Veintisiete podrán decidir cada cual si enviar o no armas al país árabe una vez expire el actual embargo vigente, el próximo 31 de mayo.
“Es cierto, los países miembros (de la UE) pueden adoptar decisiones propias, sinembargo, esto no significa que somos incapaces de alcanzar una postura común”, dijo a los periodistas la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, al subrayar que por ahora, los países de la Unión Europea, “no procederán a suministrar material bélico” a la oposición siria.
Según Ashton, el Consejo de Asuntos Exteriores de la UE revisará antes del 1 de agosto su postura con respecto al embargo de armas a Siria teniendo en cuenta también los resultados de la conferencia de paz sobre Siria impulsada por Rusia y EEUU pero todavía sin una fecha definida. Los cancilleres de los Veintisiete apoyaron de manera unánime su convocación en su declaración final.
Los miembros de la UE se comprometieron asimismo a no suministrar armas los rebeldes sirios en los próximos dos meses para no torpedear la próxima conferencia de paz que recibió el nombre de Ginebra 2.
Anteriormente, el canciller británico, William Hague, advirtió que la falta de acuerdo en la UE sobre la prohibición de suministro de armas a Siria significa de hecho la anulación de dicho embargo, algo en que el Reino Unido viene insistiendo ya hace meses.
“Hemos puesto fin al embargo de suministros de armas a la oposición siria”, declaró Hague tras la reunión ministerial de ayer.
Al mismo tiempo, los Veintisiete acordaron prorrogar un año más todas las demás sanciones contra el régimen sirio en materia diplomática, financiera y comercial.
Mientras, el ministro de Exteriores de Bélgica, Didier Reynders, ya declaró que su país no suministrará armas a la oposición siria para evitar una militarización del conflicto y para que las armas no caigan “en malas manos”.
Siria es desde marzo de 2011 escenario de un violento conflicto armado entre el Gobierno, apoyado por Irán, Rusia y China, y la oposición, apoyada y financiada por países occidentales y monarquías del Golfo Pérsico, que ya se cobró más de 80.000 vidas, según la ONU.
