El conflicto armado en Siria se cobró 92.900 vidas desde marzo de 2011 hasta finales de abril de 2013, declaró la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Navi Pillay, en un comunicado emitido hoy.
“Es una subestimación del número de víctimas. La cifra real podría ser mucho más elevada”, afirmó.
El grado de la violencia en Siria es chocante, según Pillay. Desde julio de 2012, unas 5.000 personas mueren mensualmente en el país. A partir de diciembre del año pasado, 27.000 personas perdieron la vida.
El mayor número de víctimas mortales fue registrado en las provincias de Damasco (17.800), Alepo (11.900) e Idlib (10.300). Luego siguen Daraa (8.600), Hama (6.400) y Deir ez-Zor (5.700). El 82,6% de los muertos son hombres.
El informe de la Alta Comisionada fue elaborado a partir de la información sobre 263.000 muertos. Pero se consideraron solo los casos documentados, en que se sabía el nombre completo de la víctima, la fecha y el lugar de la muerte. Los datos reunidos volvieron a verificarse para evitar repeticiones.
El análisis realizado reveló un brusco aumento de la violencia en Siria. En verano de 2011, en el país morían mensualmente cerca de mil personas. Al cabo de un año, ese número se quintuplicó.
