La Justicia de EEUU acusó hoy a cuatro nacionales de Rusia y un ucraniano de haber penetrado en las redes informáticas de compañías estadounidenses e internacionales para robar y vender durante siete años los datos de al menos 160 millones de tarjetas de débito y crédito, lo que causó un daño evaluado en centenares de millones de dólares.
Los cargos se dieron a conocer este jueves en Newark donde el fiscal Paul Fishman, citado por AP, calificó el delito como la mayor trama de hackers en la historia de la Justicia estadounidense,
Entre las empresas afectadas figuran la bolsa Nasdaq, las cadenas minoristas 7-Eleven y Carrefour, así como el banco Dexia Bank Belgium.
Los rusos Vladímir Drinkman y Aleksandr Kalinin, según la investigación, se encargaban de penetrar en las bases de datos y las redes protegidas. Sus conciudadanos Román Kótov y Dmitri Smilianets se ocupaban respectivamente de almacenar y vender la información robada, y el ucraniano Mijaíl Rytikov procuraba que nadie descubriera las pistas.
Uno de los sospechosos se encuentra supuestamente en Holanda; otro más comparecerá la semana próxima ante un tribunal de Nueva Jersey; y los tres restantes están en paradero desconocido.
