La Administración de EEUU decidió no emitir valoración oficial de los acontecimientos en Egipto, donde los militares derrocaron al jefe del Estado, Mohamed Mursi, comunicó hoy una fuente de la propia Administración.
“La ley no nos obliga a emitir evaluación oficial de si hubo un golpe de Estado o no (en Egipto). Además, eso contradice nuestros intereses nacionales”, dijo la fuente.
Se trata de un problema clave de las relaciones estadounidense-egipcias, porque de acuerdo con la legislación de EEUU, Washington debe cesar la ayuda a cualquier país cuyo mandatario fuese derrocado mediante un golpe de Estado. La ayuda de EEUU a Egipto se sitúa en unos 1.500 millones de dólares al año.
El senador republicano Bob Korker, tras reunirse con el subsecretario de Estado de EEUU, William Burns, confirmó que la declaración oficial “no se hará nunca probablemente”.
Varios congresistas y senadores exigieron de la Administración cesar la ayuda a Egipto. Pero los comités de presupuestos de ambas cámaras del Congreso aprobaron la semana pasada la continuación de la ayuda, bajo la condición de que Egipto tenga dentro de poco un nuevo Gobierno legítimamente elegido.
De momento, EEUU solo anunció que suspende el suministro de cazas F-16 a El Cairo.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, instó a las autoridades egipcias a liberar al presidente derrocado Mohamed Mursi, mantenido actualmente en una base militar, según la prensa.
Ban exigió que Mursi y sus seguidores "sean liberados o que sus casos sean revisados con transparencia y sin demora", según el portavoz adjunto de la ONU, Eduardo del Buey.
