El ministro para las Relaciones Interiores, Justicia y Paz venezolano, Miguel Rodríguez Torrez, anunció este miércoles que fue desmantelado un atentado previsto para el 24 de julio para matar con un tiro a la cabeza al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, en el marco de una operación denominada Baby.
“Ellos bautizaron al presidente Maduro con ese nombre (Baby)”, declaró Rodríguez.
El ministro subrayó que uno de los organizadores del complot fue Luis Posada Carriles acusado de terrorismo por Caracas y La Habana. También citó como implicados a los expresidentes colombiano Álvaro Uribe y hondureño Roberto Micheletti así como a agencias de inteligencia extranjeras.
Según Rodríguez, después de asesinar a Maduro, los conspiradores esperaban emplear a unas 400 personas especialmente formadas para actuar contra “objetivos militares para generar un caos en el país” pero consiguieron reunir solo a 150 cómplices interceptados por los servicios secretos.
“Hombres armados en Venezuela pensaban en ir contra varios objetivos políticos. El objetivo uno era el presidente Nicolás Maduro. Ellos piensan que si logran matar al presidente Maduro se fracturaría totalmente el chavismo y, por eso, ellos piensan que ese es el objetivo principal”, concluyó añadiendo que se asignaron unos 2,5 millones de dólares para lograr el magnicidio.
Rodríguez afirmó que el plan se venía fraguando desde abril pasado cuando tuvo lugar el primer intento de asesinar a Maduro. Después de que fallara, los conspiradores empezaron a preparar otro más para finales de julio organizando reuniones en Panamá, Miami, Bogotá y Medellín.
El ministro recalcó que, además de Maduro, estaba prevista la eliminación de otros líderes del chavismo.
