Francia no intervendrá en Siria en solitario e intentará crear una coalición, declaró el primer ministro francés, Jean-Marc Ayrault.
“Francia no tiene la intención de actuar sola”, afirmó Ayrault al agregar que “el presidente continúa su trabajo de persuasión para formar una coalición sin demora”.
París acusa a las autoridades sirias de perpetrar un ataque químico en las afueras de Damasco que se saldó con casi 1.500 muertos según las estimaciones de los servicios secretos estadounidenses. Según Ayrault, “el 21 de agosto Bashar Asad cometió algo irreparable cuya realidad no niega nadie. (…) Las pruebas que hemos recogido nos permiten atribuir la responsabilidad al régimen. (…) Francia está determinada a castigar el uso de armas químicas”.
Ayrault apuntó que el objetivo de la operación militar es prevenir otro ataque similar contra el pueblo sirio.
El primer ministro señaló que el presidente de Francia, François Hollande, no someterá la acción militar a la aprobación del Parlamento ya que la Constitución del país no le obliga a hacerlo. Mientras tanto, según una encuesta del Instituto de Estudios de la Opinión Pública, BVA, publicada el sábado, el 64% de los franceses se oponen a una intervención en Siria.
Ayrault entregó a los parlamentarios un resumen de nueve páginas del informe de Inteligencia francesa que imputó el uso de armas químicas al régimen sirio después de haber examinado imágenes satelitales y 47 vídeos realizados en el lugar de los hechos.
Mientras tanto, los servicios secretos alemanes, BND, se declararon conformes con las conclusiones francesas y estadounidenses. Indicaron que no disponen de pruebas contundentes pero consideran como la más probable la hipótesis del uso de gases tóxicos por las tropas gubernamentales sirias.
El sábado el presidente de EEUU, Barack Obama, solicitó autorización del Senado y de la Cámara de Representantes para emprender una acción militar contra Siria y declaró que no iniciará una operación militar si los parlamentarios la rechazan.
La necesidad de la intervención se fundamenta en que Siria infringió las normas del derecho internacional, particularmente el Convenio sobre Prohibición de Armas Químicas y la resolución 1.540 del Consejo de Seguridad de la ONU.
