El presidente de EEUU, Barack Obama, anunció anoche que deja en suspenso sus planes de atacar a Damasco para dar una oportunidad a la vía negociada abierta tras la propuesta de Rusia sobre el desarme químico del régimen sirio.
En un mensaje televisado a la nación, el líder norteamericano reiteró que la operación contra Siria responde a los intereses nacionales de EEUU. Al mismo tiempo, se mostró dispuesto a esperar los resultados de la investigación internacional sobre el supuesto uso de armas químicas en Siria, y adelantó que Washington mantendrá consultas con Moscú sobre el plan ruso.
“He pedido a los líderes del Congreso que pospongan la votación para autorizar el uso de la fuerza, mientras perseguimos la vía diplomática. Enviaré al secretario de Estado, John Kerry, para que se reúna con su homólogo ruso (Serguéi Lavrov), y continuaré mis propias discusiones con el presidente Putin”, declaró Obama.
El mandatario estadounidense definió la propuesta rusa como una “señal alentadora”. “Gracias en parte a la amenaza creíble de una acción militar de EEUU, así como a las conversaciones constructivas que mantuve con el presidente Putin, el Gobierno ruso ha mostrado el deseo de unirse a la comunidad internacional en lo que respecta a obligar que Asad entregue su arsenal químico”, aseveró.
Al matizar que no está seguro del éxito de la propuesta rusa, reconoció al mismo tiempo que se trata de una oportunidad para resolver el conflicto por la vía negociada. “Esta iniciativa tiene el potencial de resolver el problema sin el uso de la fuerza, particularmente porque Rusia es uno de los más firmes aliados de Asad”, recalcó.
Agregó asimismo que EEUU trabajará en el Consejo de Seguridad tanto con sus principales aliados, Reino Unido y Francia, como con Rusia y China para tramitar una resolución que obligue al régimen de Bashar Asad a entregar las armas químicas bajo control internacional para su posterior destrucción. También aseguró que EEUU esperará el informe de la ONU sobre lo ocurrido el 21 de agosto cerca de Damasco.
Pese a declarar su “profunda preferencia” por soluciones pacíficas, el presidente Obama siguió defendiendo la necesidad de un “ataque limitado” contra Siria. Como argumento, aludió tanto a la “obligación moral” de responder al uso de armas químicas para evitar nuevos crímenes de este tipo, como al riesgo de que grupos radicales como Al Qaeda presentes en Siria se beneficien con el caos de la guerra civil.
“Al Qaeda solo se fortalecerá en una Siria más caótica si el mundo no hace nada por evitar que los civiles sean gaseados”, subrayó.
