La venganza fue el principal móvil del ataque que sufrió anoche la embajada de Rusia en Trípoli, admitió hoy el Ministerio ruso de Asuntos Exteriores.
La rusa Ekaterina Ustiuzháninova asesinó el pasado 1 de octubre a un oficial libio y asestó varias puñaladas a su madre, comunicó el portavoz de la cancillería, Alexandr Lukashévich.
“Parientes y amigos de la víctima decidieron vengar esta muerte con un ataque a la legación diplomática de Rusia. Atacantes armados lograron penetrar en el recinto de la embajada cuyos empleados, junto con sus familiares, se escondieron en locales protegidos”, contó el portavoz.
Más tarde, Rusia decidió evacuar a todo su personal de Libia a Túnez por recomendación del Gobierno de Trípoli que se declaró incapaz de garantizar su seguridad ahora.
También recomendó a los ciudadanos rusos que se abstengan de viajar al país norafricano.
Esta tarde, todos los empleados de la embajada y sus familiares cruzaron la frontera a Túnez y, en su mayoría, volverán el viernes a Moscú en un avión especial del Ministerio ruso de Emergencias.
En cuanto a Ustiuzháninova, las autoridades libias la arrestaron y abrieron contra ella un expediente penal.
Según algunas informaciones, en el tiroteo con los agentes de seguridad que se desplazaron anoche hacia la embajada, murió uno de los asaltantes y otros cuatro resultaron heridos. El resto de los atacantes lograron huir.
