El presidente ruso, Dmitri Medvédev, declaró hoy que la situación en Oriente Próximo y en el mundo árabe, sacudidos por violentas protestas antigubernamentales, encierra el peligro de desintegración de los países "más populosos" de la región y la llegada al poder de los fanáticos.
"La situación en Oriente Próximo y en el mundo árabe es gravísima y encierra el peligro de desintegración de los países más populosos y la llegada al poder de los fanáticos", expresó Medvédev en una reunión del Comité Antiterrorista Nacional (NAK).
Si esto ocurre, señaló, el extremismo continuará expandiéndose y los conflictos ya no cesarán durante decenas de años.
"Ese mismo guión lo estaban preparando para Rusia. Sólo que no consiguieron hacerlo realidad ni lo conseguirán. No obstante, los sucesos en Oriente Próximo incidirán en la situación en Rusia", resumió el jefe del Kremlin.