Beirut, 25 de agosto, RIA Novosti. Poner las fuerzas de paz multinacionales en la frontera entre Líbano y Siria significa tratar a esta última de la misma manera que a Israel, ha declarado a la prensa el presidente libanés Emil Lahoud.
El Estado hebreo, al decir de Lahoud, se había dedicado a la matanza y a la destrucción, por lo cual la ONU exigió colocar las fuerzas de interposición en su frontera con Líbano, mientras que los sirios habían abierto sus hogares y sus corazones para los refugiados libaneses, proporcionándoles ayuda humanitaria. Es improcedente tratar a Siria del mismo modo que a Israel, puntualizó el mandatario libanés.
Entretanto, Tel Aviv insiste en que los cascos azules sean desplegados a lo largo de la línea fronteriza entre Líbano y Siria que, según los israelíes, es fuente y punto de escala en el suministro del armamento para Hezbolá. El primer ministro de Israel, Ehud Olmert, advierte que el bloque aéreo y naval impuesto contra Líbano se mantendrá hasta que se cumpla dicha demanda.
El ministro de Exteriores francés, Philippe Douste-Blazy, también se pronuncia por incluir en las responsabilidades de las UNIFIL, fuerzas de paz de Naciones Unidas para Líbano, la tarea de ‘garantizar la observancia del embargo sobre el suministro de las armas en todas las fronteras', en particular, la que separa a Líbano de Siria.
La resolución 1.701 del Consejo de Seguridad reconoce que es inadmisible el envío ilegal del armamento a Líbano y señala que el Gobierno de Beirut debería establecer el control sobre la totalidad del territorio nacional pero, al mismo tiempo, limita el ámbito de responsabilidades de las UNIFIL a la zona que se extiende al sur del río Litani.
