Moscú, 1 de diciembre, RIA Novosti. Saliendo al paso de algunas publicaciones de prensa, los expertos rusos afirman que las sustancias radiactivas, en particular, el isótopo polonio 210, no pueden ser usadas para envenenar a los pasajeros del Metro de Moscú.
Para envenenar realmente a una persona, es necesario que esa sustancia penetre en su organismo, explica Margarita Vorontsova, una de las responsables del control epidemiológico en el Metro moscovita. La presencia de un material así en el sistema de ventilación tampoco es peligroso porque el aire dentro se renueva tres o cinco veces por hora. Un pasajero suele permanecer en cierta estación durante cinco minutos como máximo, y en condiciones semejantes se requieren meses enteros para que la sustancia surta efecto serio en la salud. Tampoco es creíble que alguien pueda encontrar polonio 210 en cantidades suficientes como para provocar un envenenamiento en masa, agrega ella.
Según la prensa, el isótopo polonio 210 permite fabricar las denominadas ‘bombas sucias', muy compactas, prácticamente imposibles de encontrar y altamente destructivas. Un centímetro cúbico de polonio 210 en polvo, colocado en un local de cien metros cuadrados, puede generar en cuestión de media hora un nivel de contaminación radiactiva que sería decenas de veces superior a los límites admisibles, señalan algunos medios.
