Washington, 7 de junio, RIA Novosti. Joel Brenner, el director de la Agencia Nacional de Contrainteligencia estadounidense, constató, al ser entrevistado por la radio nacional, que la actividad de inteligencia militar rusa en Estados Unidos "ha vuelto a las proporciones registradas durante la guerra fría".
Pero esto es "normal" y no impide la colaboración rusa-norteamericana, incluyendo la que se efectúa entre los servicios secretos, acotó. Al explicar la intensificación del espionaje ruso por haber crecido su economía, el alto responsable de EEUU dijo que no es algo extraordinario, puesto que en el mundo hay unos "140 servicios de espionaje que intentan penetrar en Estados Unidos o en las organizaciones estadounidenses en el extranjero", precisó. "Para muchos de ellos somos el principal objetivo", agregó. Al comentar la creciente actividad de la inteligencia rusa, el conocido politólogo estadounidense Dimitri Simes dijo estar preocupado por las consecuencias negativas que ello podría acarrear para la cooperación de los servicios secretos de ambos países, remitiéndose a un alto funcionario ruso. Sin embargo, el jefe del contraespionaje norteamericano ha manifestado su desacuerdo con Simes, expresando que a pesar de ciertas discrepancias entre ambos países, siguen existiendo varias áreas de cooperación, incluyendo la de intercambio de datos de inteligencia.