Moscú, 10 de agosto, RIA Novosti. Los oficiales del Ejército ruso todavía viven en condiciones peores que empleados civiles, lo cual revierte en perjuicio de la legalidad dentro del cuerpo armado, admitió el jueves Serguei Fridinski, jefe de la Fiscalía Militar de Rusia.
"Todos los estudios, tanto militares como civiles, indican que los oficiales tienen un nivel de vida inferior al de las categorías civiles en cargos similares. Y hay un número bastante apreciable de personas que intentan salir de este nivel y ganarse dinero con métodos que no son nada limpios", dijo Fridinski en una entrevista al canal de televisión Vesti.
El pasado año, fueron sometidos a sanciones penales 18 altos oficiales del Ejército ruso, un número sin precedentes, según el fiscal.
Hay muchas corruptelas en comisarías militares porque "el deseo de evadir la mili, por un lado, y el de aprovechar esta situación para lucrarse, por otro, contribuyen a la convergencia de intereses recíprocos que se sustentan en el dinero", afirmó Fridinski. En lo que va de año, se abrieron casi 20 expedientes penales por sobornos en comisarías, sin contar las demás infracciones y abusos, agregó.
Resulta muy difícil erradicar este mal y no basta para ello con hacer rotación de generales, reducir el número de comisarías o emitir sentencias judiciales. "Unos ofrecen (sobornos) y los otros aceptan", constató el fiscal.
"En las condiciones del mercado, la única manera de adaptarse es tener dinero suficiente para asegurarse un nivel de vida decente. Claro que cada cual interpreta este nivel a su manera", agregó.
Según las estadísticas que obran en poder de la Fiscalía militar, la creciente profesionalización del Ejército ruso tampoco ayuda a mejorar la situación. El pasado año, el número de los militares contratados aumentó en el 11,3%, y en las unidades permanentes, en el 21,7%. Los delitos cometidos por ellos incrementaron de 1.500, en 2005, a casi 4.000, en 2006, y subieron ya en un 70% en lo que va de año.
