Mientras se celebran las consultas sobre la utilización conjunta de los radares rusos de Gabala (Azerbaiyán) y Armavir, EEUU acaricia el designio de emplazar componentes del sistema DAM al sur de Rusia como complemento a una base de misiles en Polonia y a un radar en la República Checa.
Ya a principios de la primavera -antes de que Vladímir Putin propusiera utilizar conjuntamente la instalación de Gabala- el jefe de la Agencia DAM de EEUU, teniente general Henry Obering, anunció el deseo de emplazar un radar en la región caucasiana.
A finales de octubre en el Buró de Seguridad Nacional (BBN) de Polonia mostraron a periodistas rusos diapositivas con imágenes de elementos DAM en Europa, en una de las cuales aparecía un radar móvil en la región del Caspio. El BBN aseguró que el radar se vio allí por mera casualidad. Pero la misma instalación aparece en el esquema, colocado en el sitio oficial de la Agencia DAM. Se trata de un radar de alerta temprana y de guiado de misiles que puede tener base móvil, terrestre o en el mar.
Un portavoz del Ministerio ruso de Defensa dijo que en las conversaciones con los norteamericanos no se abortó el tema relativo al radar DAM de EEUU en la región del Cáucaso y del Caspio. Según sus palabras, tal radar permitiría a EEUU no sólo controlar los lanzamientos de los inexistentes misiles iraníes de largo alcance sino también vigilar los polígonos rusos en la provincia de Astracán y en Kazajstán, donde pasan pruebas nuevos sistemas de armamento.
EEUU planea utilizar asimismo satélites para detectar los lanzamientos de misiles iraníes por lo que resultan inconsistentes las afirmaciones de que el radar en cuestión hace falta a Washington para fines de alerta temprana, dice el director del Centro de Problemas de Desarme, Anatoli Diakov, y agrega que el radar en la región mencionada podría ser de utilidad para los norteamericanos en el caso de que hayan decidido efectuar el control radárico sobre todo el territorio ruso.
Desde el punto de vista de la estrategia nuclear clásica, la creación de tales instalaciones en la región del Cáucaso no es sino un proyecto de desarrollo de la infraestructura que en un futuro podría utilizarse contra Rusia, señala el experto Iván Safranchuk.
