La Habana, PL, para RIA Novosti. Por Roberto F. Campos.- La Habana Vieja cumple hoy 25 años de ser declarada por la UNESCO Patrimonio Cultural de la Humanidad, cuando cada día crece su atractivo para viajeros de todo el mundo.
Ese reconocimiento de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) la evalúan los expertos en turismo como muy acertada, por los valores de la urbe.
La Villa de San Cristóbal de La Habana, su originario nombre, apareció en 1515 bajo la tutela del gobernador español de la Isla, Diego Velázquez, entonces en la desembocadura del río Mayabeque, al sur del lugar actual.
Sin embargo, la insalubridad de la zona, la baja costa, cenagosa, los mosquitos y otras dificultades, obligaron a un traslado hacia el norte.
Por lo tanto, la fecha del asentamiento definitivo de la ciudad fue el 16 de noviembre de 1519, en el Puerto Carenas, lo que luego sería la bahía de La Habana, y por lo tanto fecha de fundación.
Los barcos ibéricos se agrupaban en la ínsula para, cargados de oro, plata y otras riquezas provenientes del sur, navegar hacia la metrópoli.
Tal fue la importancia de la villa que comenzaron los ataques de corsarios y piratas, sobre todo a partir de 1537. Como ejemplo, el famoso francés Jacques de Sores, asaltó y saqueó durante un mes a los habaneros en 1555.
Estos ataques obligaron a que el monarca español Felipe II ordenara un amplio plan de fortificaciones, aun en pie, bautizadas como El Morro, La Cabaña, La Punta, La Chorrera y La Fuerza o las Murallas de La Habana, de esta última solo fragmentos conservados.
La villa de San Cristóbal tiene mucho que mostrar. Los algo más de 4,5 kilómetros cuadrados que ocupa la parte vieja son en estos momentos un hervidero por donde se pasean turistas de los cinco continentes.
