Rusia e Irán inician un juego geopolítico a gran escala. El jueves el ministro iraní de Exteriores, Manouchehr Mottaki, propuso a Rusia crear una compañía gasística conjunta. Hace tiempo el consorcio ruso invitó a Teherán a poner en marcha un proyecto similar, pero sólo ahora los iraníes dijeron "sí" a la iniciativa rusa. A consecuencia, Rusia se despoja de un rival potencial que podría suministrar gas a Europa al soslayo de Gazprom. Por su parte, Irán estará en condiciones de aumentar las exportaciones de gas, al menos a los países del Oriente.
Todo el gas producido en Irán (más de 150 mil millones de metros cúbicos al año) se consume dentro del país. Las regiones fronterizas de Irán compran gas en Turkmenistán vecino lo que resulta más barato. "Irán no tiene salida a los mercados de gas externos. Es una paradoja que el país con reservas de gas segundas en importancia del mundo, tiene que importarlo", dice el director general de la Fundación de Seguridad Energética Nacional, Konstantín Símonov.
Europa y EEUU elaboraron el proyecto de gasoducto Nabucco al que de jure debía nutrir el gas azerí y turkmeno, pero de hecho, el hidrocarburo procedente de Irán. Según los expertos, el desarrollo de la industria del petróleo y gas iraní requiere de una inversión mínima estimada en 160.000 millones de dólares. Pero EEUU asustó a los inversores potenciales con amenazas de invadir a Irán.
Teherán también planeaba vender gas a los vecinos orientales. Hace poco se discutía con energía el proyecto de gasoducto Irán-Pakistán-India. Funcionarios iraníes hicieron valer todas sus filigranas diplomáticas para convencer a la India y Pakistán, países enfrentados entre sí, a cooperar en el tendido de la tubería. Cabe señalar que las tres partes admitían la participación de Gazprom en la construcción del gasoducto. Pero el proyecto quedó estancado por entrometerse EEUU en la situación política en Asia del Sur. A juicio de Símonov, Washington no ceja en el esfuerzo por privar a China de las fuentes de energía y detener el impresionante crecimiento económico del país.
Al sopesar los pro y los contra, Irán eligió a Rusia como su aliado estratégico, consciente de los beneficios políticos que puede proporcionar a Teherán la cooperación con Moscú en el dominio gasístico.
